dijous, 23 d’abril del 2015

1º en la Ultra Mallorca Serra de Tramuntana 112km 4500+

"Hay cosas que al final nos hacen mirar hacia atrás y otras que nos animan a seguir corriendo, todo esperando llegar a la preciada meta, todo para cumplir con el objetivo de uno mismo".

Mallorca tenía lo que necesitaba para competir: es una isla, corres cerca del mar y el terreno es exigente. La Ultra Mallorca forma parte de la Spain Ultra Cup y era la segunda prueba puntuable. Además, fui a Mallorca con Marta (incondicional) y mi hermana y Jordi, así que tendría todo el resplado necesario para competir. Los 112km y los 4500+ eran duros, con mucha piedra en la mayoría de los tramos pero que a la vez exigían marcar un buen ritmo. 

La salida se daba en Andratx a las 00h y la llegada era en Pollença. Toda la Serra de Tramuntana de punta a punta, pasando por el lado del mar y subiendo hasta el punto más alto de la isla, un contraste precioso. El día previo fue extraño, pues hasta el momento no había realizado ninguna previa y los horarios cambiaban. Comí un par de horas antes de lo habitual para digerir mejor las comidas e intenté dormir un poco durante la tarde. Se acercó la noche y con ella la salida, ahora ya tocaba correr...
Previa salida con Xavier Garcia, un gran amigo
Salida
Primeros metros
En la salida nos colocamos un grupo de 10 corredores que fuimos avanzando en la noche mallorquina. Durante los primeros km tuvimos un problema con la señalización de cursa ya que entramos en el camino y no había marcas, por lo que seguimos adelante esperando encontrar marcaje. Viendo que no encontrábamos ninguna marca, nos paramos y decidimos retroceder para encontrar algún camino con marcas. Mientras tanto los demás corredores también giraban y nos situamos en la cola de carrera, debiendo remontar posiciones después de encontrar el camino correcto. La carrera se había roto al completo, cada uno adelantó por donde pudo y el grupo se rompió por completo. Decidí apretar hasta pillar la cabeza de cursa, sin saber quién estaría en esa posición, lo más seguro algún corredor del grupo delantero. Por el camino me fui cruzando con grandes corredores como Pedro Bianco, Victor, Remi, Xavier Garcia, Xavi Padrós...todos ellos apretaban para intentar recuperar las posiciones perdidas por el despiste inicial.

El circuito comenzaba a subir, una subida constante y que ya separaría a los corredores. Un pequeño grupo de 4 corredores marcamos el primer grupo escapado, pero de cerca teníamos a una hilera de frontales preciosa. Hasta el km13 no nos separamos, pues las marcas no se veían bien y ya nos habíamos perdido 2 veces más, así que era mejor tener 8 ojos pendientes de las señales. Cuando llegamos a la primera cima, empezamos a descender hasta llegar a Estellencs. Me sentía bien y con ganas de correr, por lo que apreté en esta bajada separándome del grupo de cabeza. Quería correr en solitario, o al menos no ir a remolque como en Gran Canaria. Llegué al primer avituallamiento contento y con buenas sensaciones, y además estaba lleno de gente, una motivación extra!
Llegando a Estellencs
El próximo avituallamiento se encontraba en Port des Canonge, pero para llegar hasta allí se debía correr bastante, pues el trazado era muy rápido. En el camino me encontré con un voluntario, aproximadamente al km27, y que de corto decidía realizar un tramo conmigo. Rápidamente la conversación empezó a dar sus frutos y nos enzarzamos en un diálogo que fue quemando cada km hasta llegar al avituallamiento. Habíamos pasado por el lado de la playa, se escuchaba el mar como rompía suavemente en las rocas, y también por un sendero de bajada muy divertido. En el avituallamiento volvía a estar el equipo, apoyándome y dándome fuerzas para encarar el ascenso hasta Valldemossa (45,5km), punto muy importante psicológicamente y físicamente.
Avituallamiento Port des Canonge
La subida hasta llegar a Valldemossa fue bastante dura. Eran aproximadamente unos 4km con un desnivel de 400+, con piedras combinada con asfalto, para luego descender hasta una carretera de asfalto que nos llevaría hasta el avituallamiento. Llegué al avituallamiento bastante entero dentro lo que cabe, y allí me tomé mi tiempo para poder recuperar. Marta, Aina y Jordi me habían preparado mi avituallamiento, con el Meritene y demás productos para cargar de nuevo las pilas. Aún quedaban 3/4 horas nocturnas, así que decidí cambiar las pilas del frontal para no tener sustos más adelante. También se encontraba el equipo de SportHg, una gran familia que está presente en la Spain Ultra Cup. 
Jordi haciendo asistencia
Al salir me conciencié que buena parte de cursa se decidía en la subida que venía a continuación, ya que después de esa subida y hasta Soller se podía correr más cómodo. La subida fue dura por la pendiente y las piedras. El camino trazaba por una zona boscosa, con zonas que te obligaban a correr pero al mismo tiempo sabías que desgastaban más de lo normal. En zonas como esas piensas que los otros corredores posiblemente corran en tramos, por lo que no decides andar ya que psicológicamente no te lo permites. Un zig-zag constante hasta llegar arriba del todo permitía poder mirar hacia abajo a ver si podía ver algún frontal, y lo vi. Aproximadamente le llevaba unos 18 minutos, calculé, pero no suficiente como para andar. Hasta llegar al refugio quedaba un buen rato, así que combinando el correr y andar debía quemar km. Una vez arriba se carenaba la montaña pedregosa, pudiendo ver la isla desde un punto muy elevado, muy bonito. 
Empecé la bajada; larga y muy complicada. Era la peor bajada que podía haber, el sendero era muy estrecho y no podía controlar la pisada con la cantidad de piedras que tenía el camino. Los giros eran constantes, de nuevo el famoso zig-zag, y desgastaba los tobillos. Cuando llegué a Deià me encontré con Marta, no la esperaba en este punto, cosa que me dio más ánimos para llegar al siguiente punto más rápido (Soller). De Deià a Soller empezó a clarear y justamente me cogió corriendo en un camino que me recordaba a Menorca. El camino era de 3 metros de ancho, con una barandilla de madera que te presentaba el mar, y con un sube-baja muy suave que permitía correr bien. El momento de amanecer tiene algo especial, nos enseña la vida y la preciosidad de cada cosa que nos rodea, y ese momento lo guardo con especial cariño.

Llegué a Soller algo cansado, pero aún tenía un cartucho para quemar en la subida que venía a continuación, la más dura de todas. Llevaba 65km y aproximadamente 2800+, pero aún quedaban 1700+. Allí me comunicaron que el segundo venía a 22 minutos, tiempo suficiente para poder tomarme con calma la subida y perder algo de tiempo, pero ganar en fuerza. En este punto tomé algo de hidratos, proteína y fruta con Meritene. 


Al salir cogí una carretera de asfalto durante un rato hasta llegar a los pies del Barranc de Biniaraix. Desde abajo se veía una gran montaña de piedra, bonita y limpia. El camino que se cogía ya daba a entender que es lo que vendría; una subida constante, maciza y pedregosa. La subida decidí hacerla tranquilo, sin prisas, sin desgastarme demasiado, ya que eran 840+ hasta llegar a Cúber en poco más de 7km. Esta zona fue la más bonita de todas, para mi gusto. Un río rompía por en medio de la montaña mientras cruzábamos algún que otro puente de madera. Subía por el ya típico zig-zag y no podía dejar de mirar hacia arriba observando el paisaje, totalmente de día, y de tanto en cuanto mirando hacia abajo a ver si veía al segundo clasificado. Ya hacia el final empezaba a llanear, y el que ahora era "andar correr" se convertía solamente en correr. Una imagen muy bonita y típica de la Ultra Mallorca es el lago llegando a Cuber, una zona paradisíaca. 
Subida a Barranc de Biniaraix
Cúber
Poder correr cerca del lago fue una gran experiencia, lástima que las fuerzas empezaban a estar mermadas. En este punto ya llevaba 75km, pero casi todo el desnivel positivo de la prueba, solamente quedando la última subida que vendría a continuación de 230+. Después de pasar por el avituallamiento me dirigí hacia el Coll de Prat Massanella, que me recordó a un tramo de la Núria-Queralt del año pasado. Me informaron que el segundo me había recortado 5 minutos, teniéndolo a solamente 17 minutos, me había dormido demasiado en la subida. A partir de este punto apreté, volví a cargar fuerzas con 1 gel (siempre me lo tomo en puntos importantes) y tiré hacia arriba de nuevo. Me empecé a sentir mejor, algo más fuerte y con ganas de sufrir. La subida hacía por un camino corrible, con algún pedrusco pero algo esporádico. Cuando se llegaba arriba, parecía que ya tocaba bajar, pero aún quedaba el último repecho hasta coronar la cima. Esta zona sí que era piedra 100%, más compleja que las anteriores. 
El descenso era un constante zig-zag de camino con piedra, parecido a la bajada de Arteara. Después de 85km no era de muy agradecer este punto, pero sin embargo sí que era importante hacerlo bien y rápido para llegar a Lluc con tiempo suficiente para encarar el último tramo con seguridad. La larga subida de más de 1200+ había dejado su sello en las piernas, algo cansadas y más cuando les exiges corres y cambiar bruscamente de sentido. Al llegar a Lluc me sentía bien físicamente, lógicamente cansado, pero con ánimos de encarar los últimos 17km que eran rápidos. Mantenía la ventaja y eso me daba aún más confianza si cabe.
Último avituallamiento
Encarando los últimos 17km
En mente solo tenía la llegada, quemar cada km y poder cruzar la meta con esta victoria tan trabajada. La zona era rápida, con muchos tramos de asfalto hasta entrar de nuevo en el bosque hasta llegar a los últimos 7km que eran llanos. 
Cuando entré en el pueblo de Pollença empecé a sentir el escalofrío típico que siento cuando me acerco a una meta, sin importar la posición, solo recordando los momentos vividos durante la prueba. Recordaba los vídeos que había visto por internet, las calles me eran muy familiares, y más aún las dos calles cerradas antes de encarar la recta final. Escuché la speaker y al girar la curva ya tenía la meta enfrente a mi. Señalé con fuerza la llegada, con la mente puesta en esa cinta que todos queremos cruzar, y mientras hacía los últimos pasos fijaba la mirada en Marta, Aina y Jordi que volvían a estar en el punto más "explosivo" de todos.



Con Victor y Remi, segundo y tercero respectivamente
La llegada fue, otra vez, una explosión de felicidad. Vivir para hacer lo que te gusta es la base de todo para seguir compitiendo en estas pruebas.

Todo esto no sería posible sin la ayuda que tuve, donde estuvo Marta, Aina y Jordi en todo momento, atentos a lo que necesitaba y dándome consejos que siempre sirvieron para superar cada km. Es una suerte poder contar con las personas que mas quieres en tu día a día ya que son pruebas muy largas y siempre es bueno poder tener esta ayuda psicológica en los momentos más complicados, y si además te hacen los avituallamientos, ya es lo máximo! Us agraeixo molt que sempre estigueu al meu costat per ajudar-me a complir amb cada objectiu, i sobretot, em feu vibrar per a seguir avançant. Us estimo!

Finalmente se cerró la prueba con un podio final con Victor y Remi, dos grandes corredores con los que seguro me volveré a cruzar en algún momento este año..
Podio Final
Felicitar a la organización y a la Spain Ultra Cup porque la prueba estuvo muy bien organizada. El buen trabajo siempre tiene sus frutos, merecidos!

Ahora toca entrenar hasta la Transvulcania, donde habrá grandes corredores de nivel internacional y donde voy a disfrutar por encima de todo, y a seguir aprendiendo. Hasta entonces...

*Seguim entrenant*

1 comentari:

  1. Gran crónica, enhorabuena y a seguir disfrutando de tu pasión.

    Saludos

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